“JESÚS, PLENITUD
DE LA REVELACIÓN Y CUMPLIMIENTO FIEL DE TODAS LAS PROMESAS DE DIOS”. Por Iván Muvdi. Liturgia del martes, 17 de diciembre de 2013.
Génesis 49, 2.8-10
A ti, Judá, te alabarán tus
hermanos; tu mano en la cerviz de tus enemigos; inclínense a ti los hijos de tu
padre.
Cachorro de león es Judá; de la
presa, hijo mío, has vuelto; se recuesta, se echa cual león, o cual leona,
¿quién le hará alzar?
No se irá de Judá el báculo, el
bastón de mando de entre tus piernas. Hasta tanto que se le traiga el tributo y
a quien rindan homenaje las naciones. Palabra
de Dios.
Que con justicia gobierne a tu
pueblo, con equidad a tus humildes. Traigan los montes paz al pueblo, y
justicia los collados.
El hará justicia a los humildes
del pueblo, salvará a los hijos de los pobres, y aplastará al opresor.
En sus días florecerá la
justicia, y dilatada paz hasta que no haya luna; dominará de mar a mar, desde
el Río hasta los confines de la tierra.
Evangelio según San Mateo (1, 1-17):
Genealogía de Jesucristo, hijo de
David, hijo de Abraham:
Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos.
Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar.
Fares fue padre de Esrón; Esrón,
padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón,
padre de Salmón.
Salmón fue padre de Booz, y la
madre de este fue Rahab.
Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut.
Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David.
David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asaf;
Asaf, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés.
Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut.
Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David.
David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asaf;
Asaf, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés.
Manasés fue padre de Amós; Amós,
padre de Josías;
Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia.
Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en
Babilonia:
Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel,
padre de Zorobabel; Zorobabel, padre de
Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor.
Azor fue padre de Sadoc; Sadoc,
padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre
de Matán; Matán, padre de Jacob.
Jacob fue padre de José, el
esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.
El total de las generaciones es,
por lo tanto: desde Abraham hasta David,
catorce generaciones; desde David hasta el destierro en Babilonia, catorce
generaciones; desde el destierro en Babilonia hasta Cristo, catorce
generaciones. Palabra del Señor.
Es
posible que al leer textos como el de la genealogía de Cristo sea pesado para
nosotros y tal vez sin sentido. Si me lo permiten, intentaré exponer con
claridad la importancia el texto.
En
primer lugar, es necesario ubicarnos en la forma de pensar de los hebreos de
aquel tiempo. Sufrieron la invasión de muchos pueblos, vivieron muchos siglos
por fuera de su territorio debido al exilio que padecieron y eso trajo muchas
consecuencias a nivel social, religioso y cultural. Por ejemplo, en la época de
Jesús se hablaba arameo y no hebreo (que era considerada una lengua sagrada),
hubo tantas mezclas a lo largo de tanto tiempo que incluso prácticamente
perdieron hasta el idioma oficial. Tratemos en este contexto, de entender, lo
importante que era para un hebreo, su genealogía, es decir, poder probar su
origen y más aún como en el caso de Cristo, poder mostrar que entre los
ascendientes se encuentra el rey David, el mejor rey que tuvo Israel y a quien
el mismo Dios le prometió que uno de sus descendientes se sentaría en su trono
para siempre y ese es justamente: Jesús de Nazaret.
El
primer argumento de relevancia que quiero compartirles es este:
Para tomar posesión de cargos públicos y de dignidades superiores, el
aspirante tenía que demostrar que su árbol genealógico era intachable. Lo
mismo se exigía a los sacerdotes. Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, Profeta
y Rey, no podía ser la excepción. Jesús asume en la nueva alianza su papel como
Sacerdote, víctima y altar. Sólo Él puede ofrecer la ofrenda sin defecto capaz
de devolvernos lo que se había perdido por el pecado.
El Segundo argumento
destacable sería este: colocar a Jesús en línea directa con Abraham y con el
rey David para mostrarlo como heredero y más aún como cumplimiento pleno de las
promesas que de Dios recibieron los dos primeros.
Además del argumento
anterior, San Mateo presenta 14 generaciones reunidas en tres grupos.
El número 7 simboliza
en la Biblia, la perfección y la plenitud.
El tercer aspecto a
destacar es este: En Jesús hay perfección y plenitud
porque Él es Dios. Tres veces, porque Dios es Padre, es Hijo y es Espíritu
Santo; y Cristo, como plenitud de la revelación, nos revela plenamente al Padre,
se revela a sí mismo y nos revela al Espíritu Santo. La Santísima Trinidad,
Dios, Él es el tres veces Santo, Perfecto y Pleno.
Por otra parte, el cuarto argumento relevante que se deriva de la genealogía de Jesús lo
podemos entrever en el juego de palabras que utiliza San Mateo al referenciar a
los ascendientes de Jesús. No lo hace de manera exacta, incluso hace cambio de
nombres para darnos a entender que lo que menos quiere es mostrarnos algo
puramente histórico, sino más bien, una obra teológica y exegética, a saber: Mateo acude a un juego de palabras para proponer la verdad
sobre Cristo: En vez de Asa coloca a Asaf, que es autor de algunos salmos. En
vez de Amón, escribe Amós que era un célebre profeta, el profeta – pastor que
desde el Reino de Judá fue a profetizar al Reino de Israel. El objetivo es
enfatizar que los salmos y los profetas, toda la Torah, alcanza su plenitud en
Cristo. Él es a quien tanto
habían esperado.
Ahora bien, San Mateo,
al iniciar la genealogía de Jesús, la introduce utilizando la misma forma de
las palabras que se usan en el libro del Génesis (2, 4 y 5,1) para darnos a
entender como quinto argumento que en el nacimiento de Jesús hay una
nueva Creación, que Él es el nuevo Adán y el seno de María la nueva tierra
virgen de la que el Espíritu de Dios plasma al que es origen de la nueva
humanidad.
Por último, es
notoriamente raro que se mencionen dentro de la genealogía de Jesús a 4
mujeres. ¿Por qué?
1. Para
la mentalidad bíblico-semítica (que es masculinista) el que engendra es el
varón, mientras que la mujer le engendra al marido. Mateo sabe bien eso y por
eso las mujeres que menciona las relaciona inmediatamente con sus maridos.
2. Son
mujeres que no son judías. No se citaron a Sara, Rebeca, Raquel y Lía, que son
por excelencia las madres del pueblo de Israel.
¿Qué
busca San Mateo decirnos con esto?
1. Al
ser mujeres extranjeras, nos muestra el preludio de la salvación universal
obrada por Jesús.
2. Cada
una de ellas, en su momento, hicieron algo supremamente importante para Israel.
Esto prefigura a María Santísima que tiene una misión sumamente especial que Mateo
quiere resaltar.
Tamar,
fingiendo ser prostituta, impidió que se extinguiera la raza de Judá (Gén 38),
de la que tenía que surgir el mesías (Gén 49,10). Por tanto, se comprende la
profunda admiración que se le tributó dentro del judaísmo. Rajab, al esconder a
los espías de Josué y profesar su fe en Yavé, favoreció la entrada de los
israelitas en la tierra de Canaán (Jos 2) y fue considerada como un modelo de
fe (Heb 11,31; lClem 12,1). Rut, a pesar de ser natural de Moab, siguió a su
suegra a Israel y para suscitar descendencia a su marido difunto, tal como
prescribía la ley mosaica, se casó con Booz, su pariente próximo; así nacerá
Obed, abuelo de David (Rut 1-4). Betsabé, con su intercesión ante David, obtuvo
que Salomón (y no Adonías) se convirtiera en heredero del trono (1 Re 1,11-40),
según la profecía de Natán (2Sam 7,8-16; 12,24-25).
3.
En la maternidad de
Tamar, de Rajab, de Rut y de Betsabé había algo "no regular", aunque tampoco pecaminoso. El judaísmo próximo al NT consideraba
realmente que era el Espíritu Santo el que guiaba a aquellas mujeres en sus
peripecias, a fin de que fueran instrumentos providenciales para la
venida del mesías y permaneciesen fieles a su tarea, a pesar de sus muchas
dificultades; esto vale también para Rut, la cual (se decía en los ambientes
judíos) era estéril y fue curada por obra del Espíritu del Señor. En cierto sentido, por consiguiente,
en aquellas cuatro mujeres había tenido lugar una intervención del Espíritu
Santo como anuncio de la maternidad de María y de la situación de José.
Estimados hermanos, el
Señor Jesús viene como pleno cumplimiento de las promesas que Dios nos ha
hecho. No decaigamos ante las adversidades, falta poco para cantar victoria, no
“se nos queme el pan en la puerta del horno”. Con ánimo, con confianza, con
amor y con fe en Él caminemos al encuentro con Cristo, sigamos preparando con
el mismo amor que lo hizo José y María nuestro corazón como un pesebre
despojado de todo aquello que no le agrada a Dios y adornado con solo aquello
que permita acogerlo.
QUEDAOS SIEMPRE CON
DIOS!
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