domingo, 8 de diciembre de 2013


 

INMACULADA CONCEPCIÓN (Fiesta de Guardar). Por Iván Muvdi.

 

 
El día de hoy, mis queridos hermanos, amables lectores, considero pertinente intentar explicar de una manera sencilla el dogma de la Inmaculada Concepción, hoy tan negado, tan cuestionado, como todo lo relativo a la Santísima Virgen.
Creo que antes de entrar en detalle, es importante destacar el lugar que ocupa la Santísima Virgen María dentro de esta etapa de Adviento. Uno podría mirar varios personajes e intentar reflexionar sobre su experiencia con relación a la venida del Redentor y sacar mucho provecho espiritual en nuestra propia preparación. Ellos serían: el profeta Isaías, de cuyos escritos hemos venido nutriéndonos; San Juan Bautista, cuyo personaje destaca la liturgia en este tiempo, la Sma. Virgen María a quien se le hace énfasis ( y aunque la liturgia no incluye a San José como personaje propio de este tiempo, es provechosa su experiencia como parte de nuestra meditación y preparación a navidad).
María se presenta como modelo de obediencia, de humildad, de apertura a la gracia, de silencio meditativo, de contemplación. Si hay alguien que de manera especial preparó el camino para acoger al Hijo de Dios, fue ella, la cual fue el medio humano por el cual Jesús se hizo hombre y habitó entre nosotros. Por eso les decía que con énfasis este tiempo de adviento resalta a la Bienaventurada y siempre Virgen María; por eso es motivo de fiesta, de solemnidad; por eso incluso por ese día se utilizan ornamentos de color blanco ( o dorado. En algunos lugares: azul) y no el habitual morado propio del tiempo. Sin embargo, lo particular de este año es que coincidió esta solemnidad con el segundo domingo de adviento y en los tiempos fuertes la liturgia del día se impone sobre cualquier otra fiesta. Debido a ello, la autoridad eclesiástica pertinente, concedió una excepción para Colombia con algunas condiciones especiales, como por ejemplo, que la segunda lectura sea la propia del día (no debe variarse), en la homilía se haga referencia al adviento y de igual manera en la oración de los fieles. La oración colecta debe ser la establecida para el segundo domingo de adviento.
Cuando hablamos de concepción inmaculada, estamos aseverando que, en el momento en que se dio la fecundación que traería como consecuencia la persona de María, ésta fue PRESERVADA de ser concebida con la mancha del pecado original, que es un pecado heredado y con el cual todos nacemos. Por eso hablamos en términos teológicos que ella fue “Redimida por Preservación”. Ahora bien, los que se oponen a este dogma aducen que la Iglesia Católica resta importancia a Cristo para dársela a María. Este razonamiento está muy lejos de la realidad y por ende de la verdad. Los dogmas marianos refuerzan lo que la Iglesia nos enseña con referencia al Señor Jesús. Por ejemplo: en la mentalidad hebrea, quien transmite el pecado original es la madre en el momento de la concepción. Quiere esto decir, que al no ser preservada María de este pecado, Cristo hubiese nacido con él. Esto equivale a decir, que Jesús estuvo bajo el poder del pecado y recordemos que Él es Dios, sería falsa la Escritura que nos dice que “Jesús fue semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado”; sin embargo, hay unos textos bíblicos que fundamentan teológicamente este dogma que fue proclamado por el P.A.P.A Pío IX el 8 de diciembre de 1854.
 
·      Lc 1, 28: cuando el Arcángel Gabriel saluda a María, le dice, “de parte de Dios”, “LLENA DE GRACIA” (Gr. Kejaritomene), “tú que has estado y sigues estando llena del favor divino”. La gracia es la presencia de Dios en el alma; esta presencia se “aleja”, al cometer pecados y permanecer en ellos sin arrepentimiento y sin acudir a la reconciliación. Hay tratados extensos que explican lo que es la gracia, sin embargo, quiero resaltar que lejos de la gracia actual, o la gracia sobre actual, nos referimos a que la presencia de Dios en María es permanente, no se ha visto afectada desde su concepción por el pecado y en razón de ello, es que puede ser el instrumento por el cual Cristo se hará presente en este mundo como una persona humana.
·      Lc 1, 47: “se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador”. ¿Por qué María habla de salvación si apenas la humanidad de Jesús, “el Salvador”, se está gestando en su vientre? ¿De qué tipo de salvación está hablando si no la están persiguiendo? Para mí, este texto es fundamental a la hora de hablar de “redimida por preservación”, es decir, fue redimida antes de que Jesús muriera y resucitara por toda la raza humana pasada, presente y futura al momento del sacrificio. Desde este contexto es que pienso que debe entenderse lo siguiente:
·       Gen 3,15:   Haré que haya enemistad entre ti (serpiente) y la Mujer. ¿Cuál mujer? Podemos escuchar, el pueblo de Israel, la iglesia; y esto no es falso, sin embargo, no se menciona a la “mujer” únicamente como figura que nos reúne a todos los creyentes; si fuera así, el autor sagrado no redundaría al expresar: “entre tus descendientes y sus descendientes”. Esta mujer luego es referenciada con el apelativo Virgen (Is 7, 14), ahora entonces, mujer – virgen. ¿Por qué Jesús llamaba con frecuencia a María como MUJER? Para que entendamos a quién se refería el Antiguo Testamento.
·      Jn 19, 26-27: el Antiguo Testamento (Génesis) nos menciona como consecuencias del pecado original: parir con dolor, tener que trabajar y la peor de todas, “la muerte”. San Juan en el texto que hemos referenciado por su cita, nos dice que Jesús dice a su madre: “Mujer ahí tienes a tu hijo” y luego a Juan: “ahí tienes a tu madre” y desde ese momento la recibió en su casa. María tuvo un hijo al pie de la cruz y lo tuvo sin dolor. Ella es la nueva Eva, distinta a la primera por cuya desobediencia entró la muerte al mundo. Esta nueva Eva puede tener hijos sin dolor, porque no ha pecado.
 
Podría citar algunos otros ejemplos pero no quiero extenderme más, sin embargo quiero compartirles lo siguiente:
·      Eva fue seducida para hacer el mal por medio de un ángel. (La serpiente, que es un ángel caído).
·      María es seducida por el amor de Dios cuyo mensaje fue transmitido por un ángel.
·      Eva desobedece.
·      María obedece.
·      La desobediencia de Eva causa su muerte y la de todos los demás.
·      La obediencia de María causa la salvación para ella y toda la raza humana.
·      Eva ató la libertad del hombre.
·      María contribuye a la liberación del hombre dando su sí a Dios para que el Redentor viniera a este mundo, compartiera nuestra naturaleza y se entregara a la muerte por todos.
·      La desobediencia de Eva procede de su falta de fe.
·      La obediencia de María procede de su fe.
·      Eva huye de la presencia de Dios al desobedecer.
·      Al obedecer, María recibe en su seno a Dios.



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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