lunes, 10 de marzo de 2014


“Vuestro Padre sabe lo que os hace falta” . Por Iván Muvdi. (7º día de Cuaresma. Marzo 11 de 2014).

 
Lectura del libro de Isaías (55,10-11):

Así dice el Señor: «Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.» Palabra de Dios.
 
Salmo Responsorial:
 
R/. El Señor libra de sus angustias a los justos.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.
R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias.
R/.

Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
R/.

Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
R/.
 
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno." Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.» Palabra del Señor.
 
TRES IDEAS DE REFLEXIÓN PARA LA PALABRA DE HOY 11 DE MARZO DE 2014
1. La Palabra de Dios, que es Cristo mismo hecho hombre, no regresa al Padre sin haber dado frutos. Este tiempo de cuaresma es una oportunidad muy propicia para dejarnos impregnar de la gracia de Dios que nos otorga por medio de si Hijo. Ya nuestro Señor nos había proclamado: “Yo Soy la vid verdadera y mi Padre es el que la cultiva”(Jn 15, 1). Si queremos que este tiempo santo produzca mucho fruto en nosotros, tenemos que colocar todo nuestro empeño en unirnos a Jesús en la oración, en la meditación de sus enseñanzas y de manera especial en la comunión eucarística; sólo así recibiremos la savia que nos mantendrá unidos al tronco: “Yo Soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece unido a Mí, y Yo unido a él, da mucho fruto, pues sin Mí nada podéis hacer”. (Jn 15,5).
2. El salmista nos pone de manifiesto el hecho de que en nuestras luchas, no estamos solos, el Señor camina con nosotros. Es menester buscar la santidad y todo lo demás vendrá por añadidura, pues quien ha puesto su confianza en el Señor, no quedará defraudado.
3. El Señor Jesús, en el Evangelio, nos advierte de la importancia de que nuestra búsqueda contenga realmente el deseo de intimar con Él, de permanecer unidos a Él y no hacer uso de ella para ser vistos por los demás. Al enseñarnos el Padrenuestro, nos sugiere acudir al encuentro de Dios con corazón de hijos, sabernos amados por Él y esforzarnos por ser obedientes y poner en prácticas sus enseñanzas como lo haría el mejor de los hijos para con el mejor de los Padres. No olvidemos que para agradar a Dios en la oración debemos:
·      Entra en tu cuarto: la intimidad de tu ser.
·      Cierra la puerta: sólo Él y tú, abandonar distracciones y problemas. Él debe ser lo más importante en ese encuentro.
·      Ora en lo secreto: permitir al Espíritu Santo clamar desde lo más profundo de nosotros: ¡Abbá!

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