“Quien persevera en Dios, alcanza”. Por Iván Muvdi. (Día 9 a través del desierto
cuaresmal – marzo 13 de 2014):
Lectura del libro de Ester (14,1.3-5.12-14):
En aquellos días, la reina Ester, temiendo el peligro inminente, acudió al Señor y rezó así al Señor, Dios de Israel: «Señor mío, único rey nuestro. Protégeme, que estoy sola y no tengo otro defensor fuera de ti, pues yo misma me he expuesto al peligro. Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo tú, Señor, escogiste a Israel entre las naciones, a nuestros padres entre todos sus antepasados, para ser tu heredad perpetua; y les cumpliste lo que habías prometido. Atiende, Señor, muéstrate a nosotros en la tribulación y dame valor, Señor, rey de los dioses y señor de poderosos. Pon en mi boca un discurso acertado cuando tenga que hablar al león; haz que cambie y aborrezca a nuestro enemigo, para que perezca con todos sus cómplices. A nosotros, líbranos con tu mano; y a mí, que no tengo otro auxilio fuera de ti, protégeme tú, Señor, que lo sabes todo.» Palabra de Dios.
Salmo Responsorial:
R/. Cuando te
invoqué, me escuchaste, Señor.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R/.
Daré gracias a tu nombre,
por tu misericordia y tu lealtad;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.
Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R/.
Daré gracias a tu nombre,
por tu misericordia y tu lealtad;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.
Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,7-12):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden! En resumen: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas.» Palabra del Señor.
TRES IDEAS
PARA LA REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE DIOS HOY 13 DE MARZO DE 2014 (DÍA 9 DE
CUARESMA):
1. Continúa la Palabra de Dios indicándonos la importancia y
necesidad de la Oración. En la primera lectura, se nos presenta un momento
crucial en la vida de Ester, quien había llegado a ser reina. El pueblo de Dios
estaba en peligro de ser exterminado y para impedirlo, ella tenía que ver al
rey, pero si iba a su encuentro sin ser invitada por él, podía ser asesinada.
Ella toma el riesgo, pero antes, se confía al Señor. Con la oración, Ester
halló la protección de Dios y ablandó el corazón de su esposo haciéndola
graciosa a sus ojos. La oración nos une íntimamente a nuestro Dios, nos ayuda a
discernir su voluntad, nos da fuerza y valor para luchar por la verdad, el bien
y la justicia; nos hace salir de nosotros mismos para sentirnos hijos de
nuestro Padre celestial, pero también hermanos, especialmente de aquellos que
padecen en el alma o en el cuerpo. La oración transforma el corazón.
2. El salmista nos recalca el hecho de que nuestra oración no
se pierde, Dios siempre tiene su oído presto a escucharnos, “cuando te invoqué
me escuchaste, Señor”. Aún si nuestra oración es invadida por distracciones,
Dios, en su infinita misericordia viene en nuestro auxilio y suple con su amor
nuestras falencias. Que el Señor nos conceda la gracia de perseverar en la
oración. Como dice el dicho: “el que persevera alcanza”.
3. “Si nosotros, que somos malos, sabemos dar buenas cosas a
nuestros hijos, ¿cuánto más nuestro Padre celestial nos dará buenas cosas si se
las pedimos?”. Qué esperanzador este mensaje; no desfallezcamos en nuestra
oración, no es pérdida de tiempo, aún si no tenemos ganas, hay que perseverar
en la oración, sólo ella nos dispone a estar prestos a hacer la voluntad de
Dios, a permanecer incólumes frente a la tentación, frente al egoísmo y al
pecado en general. Con la oración tocamos directamente a la puerta en el
corazón de Dios. No olvidemos aquel pasaje donde Moisés e Israel tuvieron que
defenderse de un pueblo agresor. Moisés subió a lo alto de una montaña y
levantó sus brazos en oración. Mientras los mantenía arriba, Israel vencía en
batalla, pero cuando por el cansancio los bajaba, Israel perdía. Aarón y Josué
sostuvieron sus brazos hasta el ocaso y así Israel venció en la batalla. Así
es, mis queridos hermanos, si bajas los brazos pierdes. El esposo, la esposa,
los hijos, etc; deben tener los brazos elevados hacia el cielo en oración, si
desfallecen, el ser amado más cercano debe ayudarte a sostenerte en oración
para poder vencer las tentaciones y los afanes diarios que buscan destruir la
familia; la fe la esperanza y el amor al interior de ella. Dios los bendiga y
sea siempre el primero entre sus prioridades. No olviden que al final de todo,
sólo queda Dios! QUEDAOS CON DIOS.
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